La opinión o por qué ya no hay poetas
Un poeta no nace. Se hace. Ya trae el germen en las entrañas, claro, pero tiene que sudar como poeta para ser tal. Y por favor, no lo busque en un libro. El poeta tiene que plasmarse en un libro, pero debe vivir como poeta. ¿Saltando de nube en nube? No. Esos se llaman serafines. El poeta es el que se despierta a trabajar por la madrugada y todavía tiene tiempo para enfrentarse a una palabra y saborearla. El poeta todavía encuentra frescura entre el habla cotidiano. El poeta nunca está conciente de si mismo pero no le quita el dedo al renglón de lo que sucede a su alrededor observando, filtrando, plasmando la vida frente a él.
La opinión es el opio del pueblo.